Entre los años 2005 y 2012, mientras estudiaba Derecho en la Universidad de La Sabana, tuve mi primer acercamiento real al emprendimiento digital. En esa época, creé mi primera página web en un hosting gratuito de Hispavista llamado Galeon. La dirección era:
👉 http://canaflechacolombia.galeon.com/
A través de ese sitio vendía productos hechos con caña flecha, principalmente sombreros vueltiaos —que estaban muy de moda por esos años—, pero también billeteras, pulseras, anillos, correas y todo tipo de artículos artesanales elaborados en Córdoba, donde mis padres vivieron un tiempo.
Ese pequeño emprendimiento me permitía financiar mis salidas de fin de semana, darme algunos gustos y, sobre todo, disfrutar muchísimo el hecho de vender por internet. Me encantaba la idea de tener una vitrina abierta al mundo desde mi alcoba en la casa de mis abuelos, con quienes viví durante mis años universitarios.
Con el tiempo, y especialmente después de dejar de visitar Córdoba, me fue imposible seguir adquiriendo los productos. Poco a poco, la página fue quedando en el olvido, hasta que finalmente decidí cerrarla para no quedar mal con los clientes que todavía me escribían pidiendo artículos que ya no podía entregar.
Hace poco, por pura curiosidad (y algo de nostalgia), decidí buscar rastros de esa vieja página. Y fue entonces cuando recordé una herramienta maravillosa:
👉 The Wayback Machine — http://web.archive.org/
Esta plataforma recopila y guarda versiones antiguas de sitios web de todo el mundo desde 1996 hasta hoy. Tiene registradas más de 928 mil millones de páginas. Es una especie de archivo histórico del internet. Allí puedes: Recuperar páginas desaparecidas, ver cómo se veían los sitios web en el pasado, consultar trabajos académicos, noticias, libros, datos históricos, etc. y hasta analizar la evolución del diseño web y la comunicación digital.
Gracias a esa "máquina del tiempo", reencontré mi antigua página web. Fue un momento especial. Allí estaba todo, intacto: algunas fotos de los productos, los textos que había escrito con tanta dedicación, y hasta el correo electrónico institucional de mi universidad:
gabrielsana@unisabana.edu.co, el que usaba para recibir los pedidos.
Incluso aparecía el nombre de Hugo Armando, un amigo de Cali a quien en algún momento le cedí la administración del sitio con la intención de mantenerlo activo. Pero como suele pasar, los proyectos tienen su ciclo, y ese llegó a su fin.
Hoy, viendo en retrospectiva, me doy cuenta de cuánto ha cambiado el mundo digital… y cuánto aprendí con ese pequeño experimento universitario. No fue solo una tienda: fue mi primer contacto real con el comercio electrónico, la atención al cliente, la logística, la promoción… y con la responsabilidad que implica emprender, aunque sea a pequeña escala.
Volver a encontrar esa página en la Wayback Machine fue como abrir una cápsula del tiempo. Un recordatorio de que cada paso que damos deja huella… incluso en el internet.
Espero que allí perdure, archivada por muchos años más. Fue parte de la internet de su tiempo, como hoy lo sigue siendo mi página web actual. Estudiar Derecho jamás me alejó de los entornos digitales, de sus diseños, ni de lo feliz que me hace explorar sus infinitas posibilidades.
Si quieren verla, aquí está a un clic de distancia: 👉 Versión archivada en 2011
Al consultarla, recordé que no solo Hugo, sino también muchos otros amigos participaron en este proyecto. Tal vez ya lo han olvidado… pero yo lo recuerdo con mucho cariño.
Por Gabriel Salazar Navarro