3. INFLUIR EN LA OPINIÓN PÚBLICA Y EN ACTITUDES SOCIALES.
A continuación, se examinará el tercer elemento característico de la Posverdad, aquel que se denominó líneas arriba como de tipo: propósito, el cual devela la finalidad que persigue el sujeto manipulador, al difundir una mentira para distorsionar deliberadamente la realidad.
Se realizará este examen fijándonos en un hecho histórico relevante, uno que pueda dejar una significativa enseñanza acerca de las negativas consecuencias, que trae el permitirle a la mentira, escudarse en un derecho humano universal, como lo es la libre expresión, para influir libremente en la opinión pública y en sus actitudes sociales, sin sanción legal alguna, así:
La imagen impresa de 30x40 milímetros que cambio el mundo.
En 1903, cuando no existía dentro del radar de la comunicación términos como: Redes Sociales, bulos, Twitter, Facebook o “Fake News”, la difusión intencional de una “noticia falsa” entre congresistas de los Estados Unidos de América, por parte del ingeniero francés Philippe Bunau-Varilla, marcó y cambió para siempre la historia económica, social y política de dos naciones, la de Nicaragua y la de la República de Colombia.
El canal interoceánico de Panamá, hoy por hoy, le genera ingresos por 1.703 millones de dólares a este país de cuatro millones de habitantes, cifra que según “la historia no contada de Panamá”, descrita, entre otras fuentes en el libro “El país creado por Wall Street” de Ovidio Diaz Espino, estaba destinada a producirse en Nicaragua, pero por una decisión tomada a último minuto por parte del Congreso de los Estados Unidos, el canal se construyó finalmente en Panamá.
Documental completo del canal History, sobre la construcción del Canal de Panamá.
La astucia del ingeniero Philippe Bunau-Varilla ver minuto 57:31 del documental
De no creer. Que un simple rumor, que hoy día podría ser investido con los ropajes de una noticia falsa, pudiera haber cambiado para siempre la historia económica y social de Nicaragua, la del territorio departamental de Panamá y la de la República de Colombia, y que todo ello, se diera 120 años antes, de que el Diccionario de Oxford acuñara un término para definir elegantemente la mentira, que circula libre en nuestra sociedad, la Posverdad.
¿Pero qué fue lo que sucedió? A finales de 1901, después de un estudio objetivo de factibilidad, y ante el precedente de los varios fracasos de compañías francesas por construir el canal interoceánico en Panamá, se determinó por parte de la Comisión Walker del Congreso Norteamericano, que la mejor alternativa a todas luces, para unir sus costas este y oeste por vía marítima, era la construcción de un canal en el territorio de Nicaragua y no en el de Panamá.
No obstante lo anterior, para 1901, existían tierras e inversiones aproximadas por 250 millones de dólares en juego, que la Compañía Nueva Francesa, quien era la entidad que intentaba construir el canal interoceánico en Panamá, no estaba dispuesta a perder por nada del mundo.
Fue entonces que la mencionada compañía decidió contratar los servicios del abogado William N. Cromwell, para que este hiciera lo necesario ante el congreso Norte Americano y los convenciera de que la mejor opción, era insistir en construir el canal en el territorio de Panamá y no en el de Nicaragua.
Para lograrlo, William N. Cromwell se apoyó entre otros aspectos, de varias apuestas financieras entre sus poderosos amigos de Wall Street, y del ingeniero Philippe Bunau-Varilla, quien difundiría la noticia falsa más “pequeñita” de ese entonces y que actuaría como el desencadenante que le pondría punto final al lugar donde se construyó finalmente el canal.
Cuenta la historia, que por esos tiempos (1902) el volcán Mount Pelée, el cual se encuentra ubicado muy cerca de Nicaragua en la Isla Francesa Martinica, la cual es parte del grupo de islas que constituyen las Antillas menores, hizo erupción y causó la muerte de cerca de 30.000 personas, destruyendo por completo la población que allí se asentaba y su puerto cañero, tragedia que para la época resonó con bastante fuerza mediática en todos los Medios de Comunicación, inclusive, en los estadounidenses.
El hecho volvería a suceder, y durante una de las sesiones del Senado Norte Americano, en donde se discutía la viabilidad del desarrollo del canal en Nicaragua, se dio una segunda erupción del volcán Mount Pelée, borrando por completo lo que había quedado de la isla, sí es que acaso algo hubiese quedado.
Bunau-Varilla hizo correr entonces, como estrategia de disuasión, la falsa noticia de que Nicaragua era una zona geológica inestable, argumento que hacía ver la inversión norteamericana en ese lugar como algo bastante riesgoso, así que aprovecharon que en Nicaragua, muy cerca de donde se pretendía desarrollar en principio el canal interoceánico, estaba ubicado el volcán Momotombo, para correr el rumor entre los Senadores Norteamericanos, de que este había hecho erupción.
Filatelia Nicaragua Grupo de Interés
La noticia fue desmentida por el Gobierno Nicaragüense, tan pronto como se la pidieron confirmar, así: “las noticias publicadas a cerca de erupciones recientes de volcanes y terremotos en Nicaragua son completamente falsas” (Schroeder Soto, s.f.).
Pero Bunau-Varilla no paró allí, y en tiempos donde no existían imágenes en 4K, FHD, HD, o Redes Sociales como Instagram, o plataformas de video como YouTube, buscó darle más relevancia a la falsa noticia de la erupción, haciendo uso de una imagen de una estampilla de un centavo, del correo postal nicaragüense.
Resulta que, en esta diminuta estampilla postal, se podía apreciar el dibujo gubernamental de la fumarola de un volcán activo, misma que le hizo llegar a cada uno de los senadores norteamericanos, bajo la leyenda: "Una confesión oficial de que en Nicaragua existe actividad volcánica" (Nicaragua, 2014).
4. LAS PERSONAS RESPONDEN MÁS A SENTIMIENTOS Y CREENCIAS QUE A HECHOS
Imagínese usted, esa imagen impresa en no más de 30x40 milímetros de papel, en color único café, azul o negro, sacada de contexto y acompañada de una noticia falsa bastó literalmente para tumbar todo un estudio técnico, un examen objetivo, real, presentado por los miembros de la Comisión Walker. Pues bien, el abogado había logrado su cometido: distorsionar deliberadamente la realidad geológica nicaragüense, manipulando con una imagen sacada de contexto las creencias y emociones de los congresistas norteamericanos, e influyendo en sus opiniones y actitudes frente al voto, para echar abajo cualquier estudio objetivo.
Ni siquiera los evidentes hecho de fracaso, con los que cargaban las compañías francesas en el desarrollo del Canal de Panamá y que había sido conocidos y divulgados por la prensa, pudieron ante semejante manipulación sustentado en nada más que una imagen pobre y descontextualizada. Imagínese entonces, lo qué se puede lograr hoy día, con un inadecuado uso de todas las herramientas digitales gratuitas al alcance de nuestras manos, en la era de la web 2.0.
Pues bien, esa “noticia falsa” cambió para siempre el rumbo de la historia y le permitió mantener a una corporación intactos sus millonarios interés económicos, dándole origen a la posterior independencia y separación del istmo de Panamá de la República de Colombia.
Con este ejemplo por demás histórico, se quiere hacer notar los graves peligros a los que está hoy enfrentada nuestra democracia, por la divulgación de Falsas Noticias. Hoy, 118 años después y en un mundo desde luego diferente, hiperconectado y lleno de tecnologías, los efectos por estos rumores pueden tener más alcance y generar escenarios de emergencia, como los vividos durante la “Noche de Terror” bogotana del 22 de noviembre de 2019.
En síntesis, este ejemplo permite hacer evidente, como una realidad objetiva que estaba soportada en hechos e investigaciones, realizada por una comisión de profesionales, había sucumbido ante una actitud, por demás humana, de resistencia emocional que negaba darles credibilidad a los datos, inclinándose hacia el timo de los 30 milímetros de papel.
Como se puede notar al analizar esta última característica, el fenómeno de la Posverdad no es un suceso reciente, siempre han existido las formas de ganar un debate o construir argumentos apelando a los discursos emotivos y a las creencias (strada-Cuzcano, 2020), y es ese precisamente el principio que sostiene la Posverdad. Bien lo sintetizó el diccionario de Oxford, los seres humanos respondemos más a nuestros sentimientos y creencias que a los hechos innegables, así que como diría Mar Twain: “es más fácil engañar a la gente, que convencerla de que ha sido engañada” (Amorós Garcia, 2018).
En conclusión, se puede afirmar que Posverdad es entonces:
Un modismo o neologismo para referirnos al hecho de que vivimos en una era posterior a la verdad, que acepta la mentira circulante.
Una advertencia, que indica que las audiencias son afables a creer más en información o discursos que apelan a las emociones y creencia que a hechos reales.
Una distorsión deliberada y manipulada de la realidad con múltiples propósitos, sobre todo políticos y financieros.
Una realidad que no es exclusiva de nuestros tiempos, pues si bien la mentira usada para manipular o engañar, ha estado presente en cualquier época, en la Posverdad existe la facilidad de divulgación que ofrecen las tecnologías de la comunicación.
Investigación y escrito realizado por Gabriel Salazar Navarro
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Trabajo de investigación completo disponible en: https://www.gabrielsalazarnavarro.com/